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Reseña. Doom: The Dark Ages – ¡Testosterona medieval!

A lo largo de la historia, la saga de Doom nos ha demostrado que no se necesita un gameplay complejo para demostrar que un juego puede ser extremadamente divertido.

La gente de id Software siempre ha sabido renovar y mantener esa mística de ser un juego inverosímil. Y bueno esa es la razón por la que Doom nos encanta. Que continúa manteniéndose en la mente de todos los gamers y bueno, definitivamente Doom: The Dark Ages, le da una renovación total al juego. Aunque bien sabemos que esto es una precuela, es el origen del Doom Slayer y vemos cómo ya desde ahí era toda una máquina de destrozar demonios.

Doom: The Dark Ages. Historia

Desde tiempos inmemoriales, el Doom Slayer ha sido el azote de los demonios, la fuerza imparable que mantiene a raya el caos. Aquí exploramos sus orígenes. Era una época en la que aún no era el guerrero solitario que conocemos, sino una herramienta de guerra creada por los enigmáticos Maykr. Esta raza tecnológicamente avanzada, presentándose casi como dioses, moldeó al Slayer para convertirlo en su arma definitiva contra el Infierno.

Bajo el mando del Kreed Maykr, el Doom Slayer es lanzado a una batalla medieval donde su destino se entrelaza con los conflictos de un mundo brutal. Aunque los Maykr le otorgaron su inmenso poder, ¿realmente lo controlan, o solo han desatado una fuerza que no pueden detener? En esta precuela, id Software nos ofrece una visión de lo que significa ser una máquina de guerra en un universo donde dioses y demonios luchan por la supremacía.

Hay que destacar que, en este juego, los humanos aparecen como víctimas de la guerra entre estas fuerzas sobrenaturales.

A diferencia de entregas anteriores, donde los humanos eran científicos o soldados atrapados en instalaciones invadidas, aquí su presencia es más acorde con la ambientación medieval. Es por ello que el Doom Slayer llega, como siempre, para salvar el día.

Doom: The Dark Ages. Jugabilidad

La jugabilidad alcanza nuevas alturas—y profundidades infernales—con la incorporación de colosales titanes de guerra y dragones abrasadores como armas del Slayer.

Desde los cielos hasta los campos de batalla, el Doom Slayer deja de ser un simple ejecutor y se convierte en un señor de la destrucción. Lo vemos montando dragones que reducen hordas demoníacas a puras cenizas, mientras desgarra enemigos con su arsenal descomunal. Pero cuando las bestias del infierno se tornan demasiado grandes para la masacre tradicional, es cuando entran en juego los Goliaths Maykr. Estos titanes de acero me hicieron recordar a los Jaegers de Pacific Rim. Armados con cañones de plasma y espadas energéticas del tamaño de edificios, estos colosos convierten el combate en una danza de demolición pura. Los vemos enfrentándose a los “Kaijus infernales”, criaturas que han emergido de las grietas más profundas del abismo.

Cada misión ofrece una nueva forma de destruir, ya sea en lomos de un dragón, con el poder de estos titanes de guerra, o simplemente con la brutalidad visceral que caracteriza al Slayer. Si algo deja claro The Dark Ages, es que la masacre nunca ha sido más gloriosa.

El arsenal del Doom Slayer es tan implacable como él mismo. No hay espacio para sutilezas ni tácticas rebuscadas (bendito sea el Señor): aquí todo se resume en brutalidad, fuego y metal.

Un poderoso arsenal

Desde las armas cuerpo a cuerpo hasta los devastadores cañones que pulverizan demonios en segundos, cada instrumento de destrucción está diseñado para una única función: aniquilación pura. La clásica Super Shotgun, ahora con modificaciones medievales, dispara proyectiles únicos, con energía Maykr.

Por supuesto que hay más armas, pero, definitivamente es más gratificante que ustedes descubran y aprendan el uso de cada una y para qué enemigos se debe utilizar cada una de ellas.

El escudo y el guantelete, herramientas de protección infernal

El Guantelete de Guerra es más que un simple complemento; es el símbolo del dominio absoluto sobre el campo de batalla. Este artefacto, impulsado por energía Maykr, permite al Slayer atacar con golpes explosivos, absorbiendo la energía vital de sus enemigos para fortalecerlo aún más. Con cada mejora, el guantelete se convertirá en una herramienta letal que destruye armaduras y desintegra demonios menores con un simple impacto. Y por supuesto, no podía faltar el parry, muy necesario en las batallas contra los bosses.

El Escudo, por otro lado, no es solo una defensa: es una máquina de contraataque. Fabricado con tecnología Maykr combinada con brutalidad infernal, este escudo no solo bloquea ataques, sino que refleja proyectiles enemigos y se convierte en un arma ofensiva cuando se usa en embestidas.

Un árbol de habilidades sin complicaciones

No hay necesidad de romperse la cabeza aquí. La progresión del Doom Slayer es clara y efectiva: mejoras que refuerzan su Guantelete, Escudo y Arsenal. Recolectando oro, desbloqueas mejoras que aumentan la velocidad, resistencia y capacidad de exterminio, permitiéndole al Doom Slayer hacer aún más pedazos a sus enemigos con cada nueva mejora. No hay complicadas ramas de habilidades ni decisiones estratégicas; aquí todo se basa en una sola pregunta: ¿cómo puedo destruir más rápido y con más furia?

El apartado visual

La estética medieval se fusiona con la brutalidad del universo DOOM, creando un mundo donde castillos imponentes, ruinas devastadas y campos de batalla sirven como telón de fondo para la masacre. La iluminación juega un papel clave, con tonos rojizos y dorados que resaltan la crudeza del combate, mientras los efectos de partículas y fuego añaden una sensación de caos constante.

Los diseños de los enemigos han evolucionado para adaptarse a esta nueva era: los demonios ahora tienen armaduras corroídas, armas y poderes únicos y una presencia aún más aterradora. Los “Kaijus infernales”, enormes bestias que desafían la escala tradicional de los enemigos en DOOM, son un espectáculo visual en sí mismos, con pieles desgarradas y ojos incandescentes que reflejan el horror de su existencia.

La música

Definitivamente la música mantiene la esencia de la saga, pero con un giro medieval. La banda sonora, compuesta por Finishing Move, combina guitarras agresivas con instrumentos medievales, creando una atmósfera única que acompaña la acción frenética. Algunos de los temas destacados incluyen:

  •   “Unholy Siege”, una pieza épica que encapsula la intensidad del combate.
  •   El tema del menú principal, una introducción ominosa que prepara al jugador para la carnicería.

Conclusión

Si algo deja claro DOOM: The Dark Ages, es que la brutalidad nunca pasa de moda. En un mundo de acero, fuego y sangre, el Doom Slayer no solo es el símbolo de la destrucción, sino la máxima expresión de testosterona medieval. Ya sea montado en un dragón, dentro de un coloso metálico o simplemente con su arsenal despiadado, cada enfrentamiento es un despliegue de poder sin restricciones.

Esta precuela no reinventa la saga, la potencia hasta niveles inimaginables, convirtiéndola en un espectáculo donde la furia es el único lenguaje que importa. La guerra contra el Infierno ha cambiado, pero la esencia de DOOM sigue intacta: aquí no hay lugar para la sutileza, solo para la masacre absoluta.

Estte juego fue reseñado en una consola PlayStation 5, gracias a un código otorgado por Bethesda Latam.

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