¿Qué hacemos normalmente las personas cuando nos vemos amenazadas? El instinto nos indica que debemos buscar algún tipo de refugio. Esto no es muy diferente cuando hablamos de economia, ya que históricamente, ante conflictos bélicos, las personas buscan reservas de valor. Y hoy en día, están cubriendo esta necesidad con criptomonedas.
Pero para entender mejor este fenomeno, les compartimos el siguiente texto de Bárbara Garza Suess, Country Manager de Buenbit México
En contextos de crisis, el uso de criptomonedas aumenta. Vladimir Putin ordenó el 24 de febrero invadir Ucrania. Desde entonces, el precio de bitcoin varió, pero, en promedio, se mantuvo estable en torno a los USD41.000, lo cual refuta diversos informes, entre ellos, el de Tradingview, que afirmaba que bitcoin podría caer hasta los USD12.500. Hoy 25 de marzo ya llega a los 45.000.
Actualmente, se observa una aversión al riesgo que derrumbó a las principales bolsas del mundo e impulsó fuertes subas en los precios de los commodities. En tanto, el comportamiento del oro, que llegó a los USD1970 la onza —su valor más alto desde noviembre de 2020— cotiza a USD1955 la onza a la fecha.
Recordemos que solo durante el período julio 2020 / junio 2021, el volumen de uso de las cripto se multiplicó por ocho, según Chainalysis, en relación con la crisis económica producida por el coronavirus. Ahora, viernes 25 de marzo, las criptomonedas listadas en Coinmarketcap mostraron un aumento, salvo el token Terra de la red LUNA.
Mientras que todos los países del mundo están alerta sobre cómo puede impactarlos económicamente el conflicto bélico, el Gobierno ucraniano legalizó el uso de criptomonedas. En tanto, el Banco Central de Rusia, con el rublo en picada, suspendió por seis meses la compra de moneda extranjera luego de imponer un recargo del 30 %. Por su parte, los ciudadanos rusos no pueden retirar más de 10 mil dólares de los bancos.
Muchas empresas están empezando a recolectar fondos que ayuden a los damnificados. Dos días después del anuncio ucraniano sobre la legalización cripto, el país recibió más de US$ 37 millones en estos activos. Esto se debe a las cualidades intrínsecas de las criptomonedas, tales como su rapidez de uso, la posibilidad de enviarlas desde cualquier parte del mundo sin intermediarios y a costos bajísimos, etc.
Además, las criptomonedas, a diferencia del dinero en efectivo, pueden evitar bloqueos bancarios y son una fuente importante de valor para recibir o realizar donaciones. De hecho, existen diversas empresas dedicadas exclusivamente a la generación de sistemas blockchain para su uso como canal de donaciones. A esto se debe sumar las diversas virtudes que las criptomonedas tienen para ser usadas en el envío y la recepción de remesas.
En cuanto a Rusia, Estados Unidos y/o la UE pueden imponer sanciones, pero no van a lograr evitar el uso de criptomonedas descentralizadas como BTC y ETH. Para bien o para mal, las cripto pusieron sobre la mesa un sistema global resistente a la censura y en el que no se necesita pedir permiso para realizar una transacción.
La importancia de compañías como Buenbit radica en el control, en ser estrictos con el onboarding de los usuarios y el PLAFT. Buenbit trabaja con un proceso exhaustivo de KYC, en donde, por ejemplo, si un usuario declara ser estudiante, no tiene permitido hacer operaciones con una suma extremadamente cuantiosa porque, en ese caso, se levantarían alertas y sería necesario auditar ese asunto en particular. Asimismo también operamos con billeteras frías, es decir, billeteras que nunca tuvieron acceso a internet, y es allí en donde Buenbit contiene el 95% de sus fondos. En adición, hablamos de una plataforma que está absolutamente comprometida con todo tipo de regulación que tienda a mejorar la calidad del servicio en términos de privacidad y de seguridad de los usuarios y, sobre todo, comprometida en la lucha contra el lavado de capitales.
Vale aclarar que el mal uso de las criptomonedas no es culpa de la herramienta: un martillo se puede utilizar para construir muebles o como arma. Cualquier tecnología puede usarse con buenas o malas intenciones, pero lo que sí es importante es ser conscientes del poder que tiene.
En Rusia, por el momento, las criptomonedas son consideradas activos financieros. Cualquier usuario ruso puede utilizar criptomonedas, y ninguna entidad mundial podría prohibir su uso, ni siquiera el Estado local.
Sin embargo, a Rusia no le convendría una fuga de capitales; por ese motivo, fue el mismo Gobierno el que ha planteado una próxima regulación cripto dentro de su territorio, como si se tratara de una moneda fiat, con los gravámenes y multas que podrían aplicarse y como manera de controlar el ingreso y el egreso de capital. Esto se debe a que muchos ciudadanos rusos tienen restricciones y límites para hacerse de su dinero físico y están recurriendo a las criptomonedas para realizar remesas o resguardar el valor de su dinero.
Esto deja en evidencia las cualidades de Bitcoin como dinero resistente a la censura, a las amenazas de confiscación y, particularmente, a su capacidad de ser transportado fácilmente sin mayor esfuerzo, a diferencia de lo que sucede con el oro y el dinero físico. Si llevaras bitcoins y altcoins hacia otro país, estarías usando una moneda neutral que podría ser cambiada por decenas de métodos de pago diferentes, con pares en cualquier parte del mundo.
Como en todo conflicto bélico, las bolsas caen, y los activos tienden a buscar protección. Sin embargo, la criptoeconomía empezó a incorporar a los inversores institucionales en 2020 y no dejó de hacerlo ni siquiera en un escenario crítico. Se trata de una constante que va más allá de las coyunturas particulares.
Como ha sostenido mi colega Matías Alberti, “Ya quedaron atrás los tiempos en que las criptomonedas eran propiedad exclusiva de arriesgados inversores individuales. Hoy en día, muchas empresas de todo el mundo se hacen de bitcoins y otras criptomonedas para que su capital no pierda valor e, incluso, se rentabilice, además de contar con una cartera de inversión diversificada”. Esta lógica encuentra razón en las emisiones monetarias de años pasados en todo el mundo; de allí que se vean picos inflacionarios en los Estados Unidos, por ejemplo.
De este modo, concluimos que la inversión en criptomonedas por parte de instituciones financieras, grandes compañías, pymes e individuos es un hábito irreversible en un ecosistema cripto robusto, que ofrece soluciones a problemas concretos en escenarios de crisis mundiales como el actual. La experiencia con nuestros usuarios, por ejemplo, indica que incluir activos como DAI en la estrategia financiera ayuda a ganar agilidad en entornos donde la exposición a la inflación es corrosiva y los costos para transferencias internacionales son muy elevados.
No olviden estar al endiente de nuestra sección de noticias para conocer todas las novedades en el mundo geek.