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La saga Yakuza –ahora renombrada Like a Dragon– ha pasado de ser un fenómeno de culto en Japón a una de las franquicias más queridas por los jugadores de todo el mundo y con Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, no será la excepción. Sus historias de crimen organizado, su extravagante sentido del humor y su jugabilidad que mezcla acción con una inmensa cantidad de actividades secundarias han sido el sello de identidad de Ryu ga Gotoku Studio (RGG). Sin embargo, en los últimos cinco años hemos recibido seis entregas, lo que plantea una pregunta inevitable: ¿hasta qué punto se puede seguir exprimiendo esta fórmula antes de que los fans se saturen?
En este contexto llega Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, un spin-off que pone a Goro Majima como protagonista absoluto, lo transporta a Hawái y lo convierte en un pirata con amnesia en busca de un tesoro legendario. Con el regreso del combate tipo beat ‘em up, mecánicas de navegación y batallas navales, y el inconfundible tono absurdo de la serie, la propuesta suena prometedora.
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii. Majima, al más puro estilo Jack Sparrow
El carismático Mad Dog of Shimano despierta en una isla cerca de Hawái sin recordar su pasado, siendo rescatado por un niño llamado Noah Rich. Para pagar su deuda con el chico, Majima se lanza a la aventura como capitán pirata en busca de un tesoro valuado en mil millones de dólares. En el camino, se enfrenta a otros corsarios, criminales y fanáticos religiosos, mientras lidia con su falta de recuerdos.
La historia tiene momentos de gran carisma y emoción, pero el ritmo es inconsistente. Hay tramos en los que el juego se estanca con misiones que bien podríams dejar pasar y no ocurre absolutamente nada o con la obligación de participar en minijuegos que en otras entregas eran opcionales. Además, aunque Majima es un personaje divertido, quizá en ocasiones no da el ancho como para sostener por sí solo una historia.
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii. “Jugando” a ser piratas
En materia de gameplay o jugabilidad, Pirate Yakuza in Hawaii recupera la acción de los antiguos Yakuza, dejando atrás el sistema de combate por turnos de Infinite Wealth. Majima cuenta con dos estilos de pelea:
- Mad Dog, su clásico estilo frenético con cuchillo en mano.
- Sea Dog, más orientado al combate pirata, con espadas, una pistola y un gancho para desplazarse rápidamente.
El combate es vistoso y satisfactorio, pero la dificultad es sorprendentemente baja. La mayoría de los enemigos caen con facilidad y los jefes carecen del dramatismo y la dificultad de anteriores entregas.
Una de las características más destacadas es la posibilidad de participar en batallas navales, donde los jugadores pueden comandar barcos y enfrentarse a piratas en alta mar. Esta novedad añade un toque fresco y emocionante a la jugabilidad tradicional de Yakuza.
El encanto sigue ahí, pero… ¿es momento de darle un descanso?
RGG Studio sigue haciendo juegos sólidos, pero la fatiga de la franquicia es innegable. La rapidez con la que han lanzado títulos en los últimos años ha llevado a una sensación de repetición y reciclaje de mecánicas. Si bien Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es entretenido y tiene momentos que te sacan carcajadas, también da señales de que la serie podría beneficiarse de un descanso antes de que pierda su brillo.
En resumen, “Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii” es una adición emocionante y divertida a la saga Yakuza. Con su historia apasionante, jugabilidad innovadora y sentido del humor irreverente, el juego sigue siendo una experiencia imprescindible para los fans. Pero, un pequeño descanso, no le vendría mal a la franquicia.
Jugamos Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, en una consola PlayStation 5, gracias a un código de reseña otorgado por SEGA Latam. El juego se estrena el próximo 21 de febrero para diversas plataformas.
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