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¡La espera por fin terminó! Es momento de entrar en la fantasía medieval y descubrir lo que Final Fantasy 16 nos tiene preparados, llegó la hora de compartirles la reseña uno de los títulos más esperados por la comunidad gamer.
Final Fantasy 16 recupera la magia más preciada de la historia anterior de la serie: la libertad de reinventar para poder crear algo que capte mejor el momento. Pocas series se prestan mejor a esa idea que Final Fantasy. Salvo por el atrezo y los motivos de cristal que aportan una continuidad sutil pero reconocible, cada entrega introduce libremente mundos llenos de ideas nuevas y un nuevo elenco de personajes.
La serie comenzó con el deseo de su creador, Hironobu Sakaguchi, de crear un juego de rol similar a los clásicos de fantasía como Ultima y Wizardry, y Dungeons and Dragons inspiró la idea de ofrecer personajes principales de los que se pudiera imaginar el trasfondo. La ambientación medieval y los protagonistas ambiguos que definían los primeros juegos fueron cediendo terreno poco a poco, y la estética steampunk más sutil y el reparto más característico de Final Fantasy 6 presagiaron el mayor cambio de la serie hasta la fecha. Final Fantasy 7 redobló la apuesta de FF6, dando el salto generacional a la PlayStation con una distopía ambiguamente futurista protagonizada por el grupo de inadaptados más querido de Square Enix.
Sin embargo, el éxito conlleva un peso. Cada juego de Final Fantasy significa algo para alguien, por lo que la presión por replicar lo que la gente adora aumenta, convirtiendo las decisiones de diseño del pasado en algo más parecido a reglas sobre lo que Final Fantasy debería ser. Reglas que Final Fantasy 16 pretende romper.
Reseña: Final Fantasy 16 – Renace un reino
Final Fantasy 16 es una historia de rebelión contra el statu quo para poder “vivir como tú elijas”. Atrás queda la maquinaria nacida de la magia que ha sido prominente desde Final Fantasy 6, y en su lugar hay una fantasía medieval más concentrada que recuerda a los inicios de la serie. Aunque el marco de esta aventura pueda parecer un retroceso, la acción es cualquier cosa menos eso.
La acción hack-and-slash, similar a la del director de combate Ryota Suzuki en Devil May Cry, sustituye a los duelos por turnos que Final Fantasy ha mantenido durante más de 35 años. El desarrollador Square Enix lleva mucho tiempo preguntándose cómo modernizar el querido sistema de combate. Sin embargo, Final Fantasy 16 simplemente renuncia a ello. Puede que resulte impensable renunciar a algo que muchos consideran tan intrínseco al espíritu de la serie, aunque probablemente también fuera impensable en un momento dado que Square abandonara una ambientación medieval por una distopía de ciencia ficción, o que hiciera la transición de las 2D a las 3D. Al igual que la séptima entrega de la serie, Final Fantasy 16 se sale con la suya en estos cambios radicales de la tradición.
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Juegas como Clive Rosfield, un noble que no ha nacido hijo del destino, sino de su hermano mayor. Cada reino se forma en torno a un gran cristal que alimenta su modo de vida, protegido por una invocación -llamada aquí Eikons- controlada por su dominante, siempre presente en el campo de batalla como símbolo para su pueblo. Joshua, el hermano de Clive, hereda el eikon del Fénix sobre él, por lo que Clive debe actuar como su escudo, asumiendo la elevada responsabilidad de protegerlos del peligro.
Las primeras partes de Final Fantasy 16 consisten en familiarizarse con tu conjunto de movimientos para que puedas hacer precisamente eso. Clive puede esquivar a los enemigos y reducir su resistencia hasta que sean vulnerables a un daño mayor. La bendición del Fénix, que otorga un cierre de brecha ardiente y movimientos más grandiosos, aporta un toque de estilo. A medida que Final Fantasy 16 avanza, obtienes fracciones del poder de otros Eikon que añaden nuevas ideas a la forma en que puedes acabar con un enemigo. Usar la bendición del Fénix para acercarte a un enemigo y lanzarlo por los aires antes de cambiar libremente al poder de Garuda para traerlo de vuelta a la tierra fue uno de mis primeros favoritos durante mi tiempo con el juego.
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Devil May Cry puso la vara muy alta para este estilo de combate, en el que cada enemigo es una oportunidad para la autoexpresión y la ejecución de combos con estilo, aunque Square Enix se acerca peligrosamente a alcanzarlo. Cada Eikon consigue ofrecer un estilo de juego distintivo, y aprender un Limit Break al estilo Devil Trigger añade un poco más de estilo al juego, ya que puedes reducir la barra de energía de tu enemigo un poco más rápido. Sin embargo, a pesar de lo genial que puede parecer el combate de acción en Final Fantasy 16, todo podría fluir un poco mejor.
Lo que triunfa es la accesibilidad del combate. La decisión de convertir Final Fantasy 16 en un RPG de acción probablemente abrirá las puertas a aquellos que tengan un interés pasajero en la serie. Sin embargo, los accesorios que se pueden equipar en todo momento garantizan que todos los jugadores tendrán la oportunidad de sentirse Eikonic
Uno de ellos garantiza que los esquives siempre lleguen a buen puerto, mientras que otro permite realizar intrincados combos con sólo pulsar un botón. Si te apetece un reto mayor, hay accesorios más prácticos que amplían la ventana de esquiva sin garantizar que la acertarás al instante o que lanzan una poción curativa cuando la salud baja.
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Sin embargo, el diseño visual de algunos movimientos puede dificultar la visión de la pantalla en los combates, las escenas y las secuencias de acción. Una de las habilidades de Garuda convierte a los enemigos en un tornado a través del cual no puedes ver, lo que provoca una pausa en el combate mientras disparas magia con la esperanza de dar en el blanco. Los efectos visuales de las habilidades que nublan la visión también se extienden a las pausas cinemáticas de los combates. Un combate contra Bahamut presenta un espectáculo de láser similar al de Gundam, mientras que en una pelea contra Titán saltan chispas de forma parecida a Dragon Ball. La sobrecarga de información visual está al servicio del espectáculo que Final Fantasy 16 pretende crear, aunque el coste para algunos puede ser la incomodidad.
Regresando a los origenes
Si el combate de Final Fantasy 16 es lo que abre nuevos caminos para la serie, la historia se la que muestra un entrañable cariño por sus raíces. El mundo de Valisthea regresa a una ambientación medieval que recuerda a anteriores entregas de la serie, aunque impregnada del amor del desarrollador por otras obras como Juego de Tronos. Imperios y reinos chocan en sangrientos conflictos, mientras los poderosos se reúnen tras la matanza para forjar alianzas incómodas y meterse en la cama con quien sea para conseguirlo.
Se ha hablado mucho de la inspiración de Final Fantasy 16, aunque hay muchas cosas que diferencian esta aventura de las que presenciamos en Poniente. Aunque ambas obras presentan un mal de otro mundo más allá del alcance del conflicto, Juego de Tronos es una batalla de sucesión, mientras que Final Fantasy 16 es una para reponer los menguantes recursos. A pesar de compartir una ambientación medieval similar, los mundos de Valisthea y Poniente se sienten lo bastante diferentes en los lugares en los que realmente importa.
Los paralelismos más sugerentes son con nuestro propio mundo. Si se elimina el simbolismo de los cristales, se ve un reino excesivamente dependiente de los recursos que agotan la vida de su mundo. La gente corriente está demasiado empobrecida para hacer otra cosa que depender de esos medios, y a los ricos simplemente les da igual mientras mantengan su poder y su riqueza. Los temas del ecologismo y la lucha de clases hacen que Valisthea sea más reconocible, salvo por los gigantescos pájaros amarillos que corretean por ahí. Aunque alguna que otra característica me recuerda momentáneamente a Juego de Tronos -como el mapa del mundo-, pasé más tiempo reflexionando sobre los problemas a los que nos enfrentamos nosotros mismos.
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Valisthea no es ajena a la guerra, aunque el conflicto que desencadena la narración principal es el incumplimiento por parte de Clive de su deber para con su hermano tras la traición de su patria. Los mejores juegos de Final Fantasy ofrecen protagonistas a los que es fácil animar y que, al mismo tiempo, son unos malotes sin esfuerzo, y eso es lo que tenemos aquí con Clive. Su actitud melancólica y su amor por la palabra con “f” probablemente provoquen comparaciones con Geralt de Rivia, de The Witcher, aunque las ambiciones y luchas de Clive son las suyas propias.
La muerte de su hermano está en el primer plano de su mente, pero ver cómo el mundo desprecia y trata a la gente que, como él, puede usar la magia sin un cristal, le lleva a unirse a una causa que busca liberarlos. Naturalmente, esto lleva a algo más grande.
A veces, algunos diálogos resultan un poco cursis, pero no por ello dejan de ser entrañables a lo largo de todo Final Fantasy 16. Hay un mayor esfuerzo por acercarse a los personajes. Aquí también hay un mayor trabajo de accesibilidad. La zona central a la que vuelves a lo largo del juego está habitada por dos personajes dedicados a recapitular y explicar la historia del mundo. No son necesarios para entender lo que está pasando, necesariamente, aunque sí son un buen recurso para los jugadores a los que la complejidad narrativa de Final Fantasy les haya echado para atrás en el pasado o para aquellos que tienden a consumir estos RPG tan extensos durante largos periodos de tiempo.
Reseña: Final Fantasy 16 – Similar al 15, pero…
La estructura de Final Fantasy 16 es similar a la de Final Fantasy 15, aunque se desarrolla continuamente. Empiezas con el tramo relevante de la adolescencia de Clive que influye en su situación actual, un mercenario veinteañero que intenta asimilar su pasado. Se trata de un tramo de juego centrado principalmente en mostrarte los entresijos de la jugabilidad y explicarte cómo llegamos hasta aquí narrativamente. No es muy diferente de FF15, en el que el protagonista Noctis se enfrentaba a la traición de su propio reino.
Una vez que volvemos al presente, las cosas se abren con un segundo acto más amplio. Final Fantasy 16 adopta un enfoque de mundo semiabierto, muy distinto al mapa totalmente explorable de FF15. Sin embargo, tienes libertad para deambular y ayudar a los lugareños mediante misiones secundarias. Mientras que Noctis era libre de acampar donde quisiera, Clive tiene una base de operaciones que actúa como centro al que volver: un lugar en el que puedes abastecerte de pociones, entrenar o mejorar tus armas.
Y mientras Final Fantasy 15 cambia de dirección en su tercer acto, Final Fantasy 16 se abre por completo. El primero es lineal y nos lleva hasta el final de la historia, mientras que el segundo amplía el núcleo central y ofrece más cosas que hacer en el mundo semiabierto. Puedes visitar a personajes dedicados a ampliar la historia de Valisthea o a recapitular la historia, o buscar grandes desafíos en la naturaleza mediante cacerías de bestias.
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Mientras que FF15 se aleja de los puntos fuertes de su mapa en el acto final, Final Fantasy 16 lo amplía. Ambos juegos abordan las dos primeras partes de su estructura de forma similar, introduciendo la historia y el combate antes de expandirse a un mundo más libre para la exploración. Sin embargo, al ampliar lo que Final Fantasy 16 introduce en su segundo acto, obtenemos algo que fluye hacia la conclusión de su historia de forma más cómoda.
Final Fantasy 16 prescinde de los elementos clásicos de los RPG, pero los que conserva construyen el mundo que narra la historia. Realizar misiones secundarias te permite experimentar el desdén de los ciudadanos de Valisthea por los Portadores, y los fugaces momentos de bondad que sugieren que hay algo mejor para ellos.
Las recompensas por realizar misiones secundarias son más narrativas hasta la mitad del juego. Siempre ganas materiales de artesanía para fortalecer tu espada y tu armadura, aunque sólo en los últimos años de Clive puedes canjear la reputación adquirida por objetos y accesorios más valiosos. Lo mismo puede decirse del mundo abierto en general. Las misiones secundarias te ofrecen un montón de gente a la que conocer desde el principio, y las cacerías de bestias ofrecen presas más grandes y mejores recompensas para la artesanía más adelante.
Reseña: Final Fantasy 16 – Doblaje latinoamericano
Final Fantasy 16, es el primer juego de la saga doblado al español latino y eso hay que resaltarlo, ya que, Square Enix ha dado un gran paso al integrar talentos de la talla de Carlos Segundo y que gracias a la GRAN dirección de Mario Heras, nos va integrando a un FF como nunca lo habíamos experimentado.
El reparto principal de voces en español está compuesta por:
| Personaje | Seiyū | Actor de doblaje |
| Clive Rosfield | Yūya Uchida | José Ángel Torres |
| Joshua Rosfield | Natsumi Fujiwara | Angélica Villa |
| Jill Warrick | Megumi Han | Analiz Sánchez |
| Cidolfus Telamon | Hiroshi Shirokuma | Carlos Segundo |
| Benedikta Harman | Akari Higuchi | Betzabé Jara |
| Hugo Kupka | Yasuhiro Mamiya | Dan Osorio |
| Dion Lesage | Yūichi Nakamura | Armando Guerrero |
| Barnabas Tharmr | Gotaro Tsunashima | Carlo Vázquez |
Si eres purista del doblaje, sin duda este título no te decepcionará.
Veredicto
En esta reseña Final Fantasy 16 creemos que esta entrega no sólo aporta nuevas ideas a la serie, sino que las implementa de una forma que tiene sentido en el mundo construido. El juego, más centrado en la acción, se sitúa más cómodamente a ambos lados de las secuencias de pulsación de botones de cada gran combate, extendiendo el espectáculo que se muestra en cada escena al juego en sí. Las nuevas ideas de Final Fantasy no son “novedosas” para los videojuegos en general, aunque pocos podrían ejecutarlas tan limpiamente como Square Enix lo ha hecho aquí.
A pesar del tiempo y el pulido, Final Fantasy 16 sigue siendo una apuesta arriesgada. La fantasía medieval será reconocible para los fans más veteranos, deseosos de ver cómo la serie vuelve a sus raíces, aunque la eliminación de elementos RPG va en contra de lo que muchos desean. El juego es más rápido y se centra más en la acción, lo que hace que la serie sea más accesible para los que no la han jugado, aunque no es seguro que lo hagan.
Es el tipo de apuesta que Final Fantasy ha hecho con gusto en el pasado para que la serie pueda reinventarse y ejecutar el tipo de historia que sus creadores quieren contar. El tiempo dirá si Final Fantasy 16 merece la pena, pero la historia lo avala.
Este juego fue reseñado para PlayStation 5, el código fue proporcionado por SquareEnix a través de su agencia de PR.
