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Reseña: Elden Ring- el sufrimiento nunca había sido tan divertido

Reseña: Elden Ring- No puedo fingir ser totalmente imparcial sobre Elden Ring. El estudio FromSoftware es mi favorito, como lo es para mucha gente, y no hay juego que hayan desarrollado, desde Damon Souls, que no haya jugado al menos dos veces. Así que toma en cuenta que esta reseña son las impresiones de una experimentada jugadora de Soulsborne, no de un novato aventurero listo para experimentar su primer título de terror. Y soy prisionero de esa realidad, lo que me ha dejado (al mismo tiempo) horrorizada y fascinada por la idea de que Elden Ring podría ser el mejor videojuego que haya realizado FromSoftware.

Incluso diciendo eso, para mi es difícil de creer. Dark Souls y Bloodborne no pueden ser superados, ¿verdad? Esos juegos son auténticas obras maestras y, en el caso de Dark Souls, títulos que definieron una época. No se puede mejorar juegos así, no tiene sentido. Sería como si Beethoven dejara de lado la Oda a la Alegría como una composición previa a alguna creación mejor. Así que para desmenuzar todas estas dudas vamos a empezar por el principio; que en el caso de Elden Ring es bastante violento.

Reseña: Elden Ring- Y el caballo mágico en el que te desplazas

Elden Ring
Crédito de la imagen: FromSoftware

Sí, es una simplificación excesiva describir a Elden Ring como “Dark Souls mezclado con Breath of the Wild”. Pero no es completamente inexacto y sirve como punto de partida para esta reseña. Y es verdad, el ADN de Dark Souls está muy presente en Elden Ring; hasta el punto de que podría ser Dark Souls 4. Incluso las pantallas del título son iguales.

Todos los aspectos parecidos de Elden Ring con Breath of the Wild tienen que ver con el diseño del mundo. Se acabó el espagueti enmarañado de caminos entrelazados de FromSoftware; en su lugar ahora tenemos un continente amplio y expansivo, en el que las llanuras se elevan hasta siniestras fortalezas montañosas o descienden hasta pantanos envenenados, principalmente. Hay un buen número de estos paisajes; así que ahora puedes descubrir territorios en cualquier dirección y encontrar algo nuevo que matar (es más probable que te mate a ti).

Aquí es donde el caballo llamado “Torrent” entra en juego. Más que un simple truco de juego, Torrent tiene que existir porque la gran extensión de este mundo significa que caminar siempre va a ser una opción de desplazamiento lenta. En consecuencia, encontrarse con muchas amenazas ahora es opcional. El primer jefe al que te enfrentas es un imponente caballero de caballería contra el que tienes un nivel terriblemente bajo. Pero entonces te das cuenta de que siempre puedes… rodearlo. O también puedes ir en la dirección contraria. O simplemente pasar a toda velocidad con Torrent.

Esto da como resultado que pocas veces te meterás en peleas que no quieres, al menos cuando estás en el mundo abierto. Torrent puede superar prácticamente cualquier amenaza y tú puedes huir en cualquier dirección, así que cuando te caigan seis toneladas de una sustancia ácida y viscosa sólo tienes que escapar entre sus piernas y desaparecer en la puesta de sol. Lo sé, suena sorprendente, pero esta es la experiencia que FromSoftware quería que los jugadores vivan en Elden Ring. Hay muchas amenazas inesperadas esparcidas por todo el mundo, incluso en las primeras zonas. Y una gran parte de la jugabilidad consiste en decidir a quien te vas a enfrentar y de quien te vas a escapar para derrotarlo más tarde.

Presiento que esta es la razón por la que la gente ha estado hablando de que Elden Ring es el juego más accesible, o incluso más fácil, de FromSoftware; aunque creo que esto es una verdad a medias. No es que Elden Ring sea empíricamente más fácil (hay monstruos jefes aquí que podrían darle un repaso a Isshin Sword Saint o al Orphan of Kos); lo que pasa es que los aspectos más duros básicamente son autoinfligidos. Además, puedes enfrentarlos cuando lo decidas; así que ¿más accesible? Sí, lo acepto ¿Más fácil? No tanto.

Reseña: Elden Ring- Observa el mundo y gente de carne y hueso

Reseña: Elden Ring
Crédito de la imagen: FromSoftware

Al ser alguien que está muy habituado a Dark Souls, debo decir que me sorprendió el ritmo de combate que tiene una velocidad rápida. Es el mismo juego de puñaladas, golpes y hechizos que conocemos y amamos. Pero con algunas mejoras en la calidad de vida. Las dinámicas de los arcos y las flechas ya no son malas, lo que fue una agradable sorpresa, las mejoras de las armas se han simplificado un poco, los tutoriales son ahora objetos en tu inventario que puedes ver en cualquier momento y existe el poder de invocar a NPC útiles al gastar mana. Cada vez que los matones me destrozaban, en Elden Ring, podía hacer sonar una campanilla, de esta forma un sirviente con una lanza venía corriendo para ayudarme.

Entre pelea y pelea vagaba por el mundo abierto, ya fuera recogiendo flores o simplemente disfrutando del paisaje. Cabe decir que ahora hay un elemento de creación: todos los trozos de helechos y huesos que encuentres (mientras turisteas) se pueden combinar en tu menú para crear consumibles. Sin embargo, se puede hacer muy poco; no tienes muchas recetas por hacer desde el inicio, así que el instinto de crear cosas no se me quedó grabado. Aun así, no está de más. De vez en cuando me servía para fabricar flechas básicas y disminuía mi miedo de quemar los objetos limitados; siempre podía hervir algunos más de las hierbas y los restos del demonio que guardaba en mi ropa interior.

Crédito de la imagen: FromSoftware

Incluso si no quieres ser un superviviente total, recorrer la naturaleza es un placer. La ambientación de Elden Ring (las Tierras Intermedias) tiene un estilo propio y singular, cercano al clásico de Miyazaki, con el añadido de las historias nórdicas y artúricas. El árbol del mundo que da vida se cierne sobre ti, la legión de caballeros heroicos y su mesa redonda literaria, los dioses caídos que buscan la ascensión, todo es muy mítico en apariencia y tono. Pero emocionalmente diría que está más cerca de Sekiro, porque este mundo no está del todo muerto o enfrascado en una locura frenética. Está claro que los gobernantes intentan mantener el orden, pero todo se maneja de forma muy inepta.

Esto se traslada al diseño del mundo. Los soldados recorren los caminos, mantienen puntos de control en lugares clave e incluso crean cárceles mágicas que incluyen algunos combates contra jefes opcionales. En la parte donde la civilización y naturaleza entran en contacto, normalmente hay algún tipo de pelea entre caballeros y monstruos hambrientos, barricadas levantadas para impedir el paso de lo peor que la naturaleza puede ofrecer. Todo forma parte de la confusión que envuelve a este mundo. Aquí nadie parece saber quién manda o porqué lo merece. Como resultado, tu propio Tarnished se siente como un oportunista, aprovechando la incertidumbre para obtener el mayor poder que pueda mientras tenga la oportunidad.

Reseña: Elden Ring- Breath of the Wild

Crédito de la imagen: FromSoftware

El mundo en sí mismo es magnífico. Cada región tiene un tema visual claro que la distingue, pero realzado por un diseño creativo. Los pantanos y lagos del oeste tienen globos espeluznantes que flotan sobre ellos, que apenas se pueden ver en la niebla. Los desiertos ardientes no tienen sólo rocas quemadas, sino que están cubiertos de brotes que hacen que parezca que la tierra está enferma. Y hay un dragón, del tamaño de un edificio, que se estrelló en la capital dorada de los dioses; con su cuerpo cubierto por la arquitectura del palacio ¿Podría un mundo de Miyazaki ser otra cosa?

Y aunque Lands Between es horripilante o solemne a veces, también está lleno de vida; esto le da una energía optimosta que ningún juego de Soulsborne había tenido hasta ahora. Las ovejas pastan en las praderas y se agrupan en rebaños al pasar, mientras los alces revolotean por los bosques y las águilas lanzan miradas penetrantes desde los acantilados. Incluso las flores brillan con un resplandor mágico, pequeñas antorchas en la maleza que añaden color y luz a tu viaje. Y en cualquier momento, puedes encontrar una pequeña grieta en una pared de roca que te lleve a una prolífica ciudad subterránea, una guarida de monstruos o un campamento de bandidos. El tamaño de este juego todavía me deja perpleja.

Pero yo diría que el diseño alcanza su punto máximo en la variedad y creación de monstruos, que es asombrosa. Incluso los enemigos promedio son algunos de los horrores más desconcertantes y hechizantes que he visto. Desde las hormigas acuáticas subterráneas del río Ainsel, hasta los perros brujos con alas de ángel del castillo Morne, pasando por las arañas de mano anilladas del monte Gelmir… Es un poco abrumador. Podría pasarme años construyendo mi Pokedex de FromSoftware. Y los jefes, como siempre, son el punto en el que Elden Ring lleva las cosas al siguiente nivel.

La habitual tropa de guerreros legendarios y atrocidades indescriptibles se abalanzan sobre ti con un bombardeo desenfrenado, ferocidad y espectacularidad cinematográfica. Así como con una música que suena como si el mundo se acabara 10 veces y que se niega a que sientas algo más que un asombro total y aterrorizado.

Crédito de la imagen: FromSoftware

Pero ahora vamos a hablar de los pocos aspectos negativos de Elden Ring. El diseño visual es magnífico, sin embargo los gráficos son menos atractivos cuando hay escenas con tomas de cerca. Hay momentos en los que la apertura del mundo puede hacer que el progreso se sienta sin rumbo o incierto; además gran parte de la IA enemiga podría ser superada fácilmente. En un momento específico, le disparé a un mago legendario de gran renombre, pero mi personaje estaba parcialmente oculto tras el marco de una puerta, por lo que le costaba entender porqué de su cabeza seguían saliendo flechas y se negaba a mover; incluso cuando le reubicaba en el cerebro varios cargadores de munición.

También se puede argumentar que Elden Ring no es tan revolucionario como podría haber sido. A pesar de lo fantástico que es tener un Soulsborne de mundo abierto, me hubiera gustado que Elden Ring tuviera un poco más de identidad propia; más allá de ser definido como “Dark Souls, pero más grande”. Aunque es una pequeña queja; el hecho de que sea parecido a un juego que me encanta no es realmente una crítica, sólo que estoy preparado para un salto más grande la próxima vez.

Y definitivamente no resta valor a la experiencia general. Cuando Elden Ring da inicio, el impulso lleva la trama hacia adelante y se niega a frenar. Los momentos de rabia que pase, al ser aplastado por imponentes titanes, nunca dejaron de ser divertidos. Es posible que no sea tan innovador como sus aspiraciones. Pero, en sus propios términos, podría ser el mejor título de FromSoftware y eso es algo que todavía me cuesta creer que haya podido pasar.

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