La inteligencia artificial (IA) se vuelve cada vez más sofisticada. Para organizaciones de todos los tamaños, eso significa que pueden utilizarla más fácilmente como ayuda para resolver problemas cruciales y complejos.
La IA tuvo un papel protagónico en el panorama lleno de desafíos del año pasado. Los minoristas se valieron de ella para optimizar envíos de órdenes, reimaginar sus tiendas como centros de distribución y asegurar que los consumidores pudieran acceder a los productos, incluso cuando las compras presenciales en los comercios se suspendieron por completo.
En el sector de los servicios, la implementación de la IA creció para ayudar a mantener las redes de electricidad en funcionamiento.
Esto gracias a la gestión de problemas como el riesgo de vegetación, o actuar preventivamente frente a eventos climáticos adversos. La IA también nos está ayudando a construir con mejor calidad, mediante el análisis y el seguimiento de requisitos de ingeniería compleja para equipos utilizados en situación que no admiten fallas, como aviones, respiradores y transbordadores espaciales.
Precisamente cuando la IA se combina con otras tecnologías facilitadoras es cuando empezamos a ver las vías que se abren a la Industria 4.0. Cuando se combina con la Internet de las Cosas, la IA puede analizar datos de sensores y predecir faltas de activos industriales. Como equipos de fábricas, sistemas de aire acondicionado y líneas de montaje. Puede optimizar el cronograma de órdenes de trabajo para activos, analizar el riesgo de fallas y permitir a los gerentes priorizar reparaciones según distintos criterios. La inspección visual se está utilizando para detectar defectos de manufactura y ayudar a mantener la seguridad de los trabajadores gracias al análisis de videos en tiempo real.
Cámaras, balizas y sensores pueden monitorear una instalación las 24 horas del día, los siete días de la semana. Con la ayuda de la inteligencia artificial que puede separar la señal del ruido, las organizaciones pueden asegurarse de que no se pierda información valiosa. Y además comenzar a automatizar partes cada vez más complejas de su proceso de fabricación y producción. Estos componentes básicos de la Industria 4.0 ya están maduros. Y también listos para ser implementados en las empresas si van acompañados de la inversión necesaria en infraestructura digital que los sustente.
Dar paso a la Industria 4.0 con nube híbrida
Las tecnologías IA e IoT son dos de los pilares fundamentales de la automatización industrial a gran escala. Que es a lo que normalmente nos referimos cuando hablamos de Industria 4.0. Sin embargo, lograr cualquiera de las aplicaciones anteriores a escala también presenta nuevos desafíos que requieren un tercer componente: la nube híbrida.
Pensemos en la cantidad de fuentes de datos que puede haber en una sola planta de fábrica, desde sensores de calor y ocupación hasta las cámaras que registran datos visuales y monitorean la seguridad en el lugar de trabajo. Llevado a una organización más grande con varias instalaciones diferentes, quizás incluso diferentes tipos de instalaciones, la cantidad de datos procesados aumenta exponencialmente. Los modelos de IA necesarios para clasificar todos los datos se vuelven mucho más complejos.
Y quizás lo más importante es que el tiempo se convierte en una variable fundamental: un modelo capaz de indicar después de un mes que hay aglomeración de empleados en un pasillo determinado no resulta de particular utilidad. Para aprovechar los conocimientos predictivos, es necesario que exista la capacidad de actuar sobre esos conocimientos de inmediato, lo que significa poder realizar cálculos en el perímetro, donde se recopilan estos conocimientos.
Estos tres componentes, la capacidad de recopilar y almacenar cantidades grandes y cambiantes de datos, la capacidad de ejecutar modelos u otro software sobre esos datos y la capacidad de hacerlo en cualquier lugar que se desee, requieren una huella de infraestructura que se extiende desde el perímetro hasta el centro de datos y a la nube. Para ser eficiente, se necesita un plano de administración sin interrupciones en toda la infraestructura.
La nube híbrida lo facilita con una plataforma común basada en contenedores que puede ejecutarse en todas las ubicaciones de la infraestructura.
Le brinda la capacidad de escalar automáticamente en función de sus cargas de trabajo. Y le brinda la flexibilidad de ejecutar su plataforma en cualquier nube, pública o privada, o en el perímetro.
En un contexto de Industria 4.0, la nube híbrida es lo que conecta los puntos. Hace que los datos, la inteligencia artificial, las herramientas y el software que sus empleados necesitan estén disponibles donde los necesitan. Y cuanto más se les facilite la tarea a las personas, más tiempo, atención y capacidad podrán dedicar a resolver problemas aún más interesantes, complejos y costosos.
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