La batalla legal entre Google vs Epic Games está lejos de terminar, y ahora se pone más intensa que nunca. Después de años de dimes y diretes, demandas y apelaciones, el caso sobre las prácticas de Google en la Play Store está a punto de escalar al máximo nivel judicial: la Corte Suprema de Estados Unidos.
Epic Games, la compañía detrás de Fortnite, tiene 30 días para solicitar que el caso sea revisado por el máximo tribunal. ¿La razón? Un juez federal dictaminó que Google violó las leyes antimonopolio, pero también concluyó que Epic no tiene derecho a exigir cambios en las políticas de la tienda. En otras palabras: Google fue culpable, pero no habrá castigo inmediato.
¿De qué va todo este drama?
Epic acusa a Google de mantener un monopolio en la distribución de apps Android, obligando a los desarrolladores a usar su sistema de pagos y cobrando comisiones de hasta el 30%. Según Epic, esto limita la competencia y perjudica tanto a creadores como a usuarios.

Google, por su parte, argumenta que su sistema garantiza seguridad y calidad, y que los desarrolladores tienen otras opciones (como distribuir apps directamente o usar tiendas alternativas). Pero el jurado no compró del todo esa defensa: en diciembre de 2023, dictó que Google sí incurrió en prácticas anticompetitivas.
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¿Qué está en juego?
Mucho más que Fortnite. Este caso podría redefinir cómo funcionan las tiendas de apps en Android, y abrir la puerta a modelos de distribución más abiertos. Si la Corte Suprema acepta revisar el caso y falla a favor de Epic, Google podría verse obligado a permitir sistemas de pago externos, reducir comisiones o incluso modificar su control sobre la Play Store.
Además, esto podría sentar un precedente para otras plataformas como Apple, que también ha enfrentado demandas similares por parte de Epic.
¿Y ahora qué?
Epic tiene hasta mediados de octubre para presentar su solicitud formal ante la Corte Suprema. Si el tribunal acepta el caso, podríamos ver un nuevo capítulo en esta guerra tecnológica que lleva años en desarrollo. Si no lo hace, el fallo actual se mantiene: Google fue culpable, pero no tendrá que cambiar nada… por ahora.
Este conflicto no solo afecta a las grandes empresas, también impacta a millones de desarrolladores independientes que dependen de las tiendas de apps para distribuir sus productos. Y claro, a los usuarios que podrían tener más opciones y mejores precios si el ecosistema se vuelve más competitivo.
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