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La inteligencia artificial ha transformado la forma en que trabajamos, aprendemos y nos comunicamos. Pero detrás de cada respuesta generada por modelos como ChatGPT, hay un costo energético que pocos conocen. Según datos recientes, una sola consulta en ChatGPT consume casi 10 veces más electricidad que una búsqueda en Google. Y si multiplicamos eso por los millones de interacciones diarias, el impacto se vuelve gigantesco.
¿Por qué la IA consume tanta energía?
La razón está en la complejidad de los modelos de IA generativa. A diferencia de una búsqueda tradicional, que accede a una base de datos optimizada, ChatGPT necesita procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, lo que requiere centros de datos especializados, cálculos intensivos y sistemas de enfriamiento avanzados.
Cada consulta puede consumir hasta 2.9 vatios-hora, mientras que una búsqueda en Google apenas usa 0.3 vatios-hora. En términos anuales, el uso global de ChatGPT podría equivaler al consumo eléctrico de más de 20 mil hogares o cargar más de 3 millones de autos eléctricos.
¿Qué significa esto para el planeta?
Este nivel de consumo no solo eleva la demanda energética, sino que también aumenta las emisiones de CO₂. De hecho, el entrenamiento de una sola red neuronal puede generar tanto CO₂ como cinco autos durante toda su vida útil. Además, el uso intensivo de agua para enfriar los servidores añade una huella hídrica preocupante.

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Edge AI: una solución más eficiente
Frente a este panorama, una de las soluciones más prometedoras es Edge AI: llevar la inteligencia artificial directamente al dispositivo. Esto significa que los modelos se ejecutan localmente, sin depender de la nube, lo que reduce el consumo energético, mejora la velocidad de respuesta y protege la privacidad del usuario.
Ya vemos esta tecnología en acción en smartphones, autos inteligentes y dispositivos IoT. Y con la llegada de Wi-Fi 7 y el futuro 6G, la capacidad de procesamiento local seguirá creciendo, haciendo que Edge AI sea aún más viable.
¿Qué están haciendo las empresas?
Compañías como MediaTek están apostando fuerte por Edge AI, desarrollando chips más eficientes y colaborando con socios para integrar esta tecnología en más sectores. Por su parte, NVIDIA ha implementado soluciones como refrigeración líquida directa al chip y plataformas como Blackwell, que prometen hasta 10 veces menos consumo energético que generaciones anteriores.
¿Y ahora qué?
La IA no va a detenerse, pero su crecimiento debe ir acompañado de responsabilidad energética. Edge AI no solo es una respuesta a los desafíos actuales, sino una oportunidad para construir un futuro más sostenible, donde la innovación no esté reñida con el cuidado del planeta.
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