Reseña Scream- Después de casi 11 años desde la última película de la franquicia, Scream regresa para subsanar los fracasos del pasado y volver a sus cimientos con esta “recuela”. Tal y como lo definen dentro del filme, la “recuela” es una fusión entre lo que conocemos como secuela y reboot. Así que esta quinta parte tiene una nueva historia ambientada en la continuidad de la original. Sin embargo, disfrutamos del fanservice con el retorno de Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette.
Scream es la primera película de la saga que no es dirigida por su creador, Wes Craven. En esta ocasión, el dúo de cineastas Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett están a cargo. Y la verdad es que se lo ganaron a pulso con su trabajo en “Ready or Not”; incluso los fanáticos del género de terror pidieron que se les tomara en cuenta para esta producción.
Ambos directores decidieron crear una recuela y apelar a la nostalgia del público. Hay que ser sinceros, actualmente los cinéfilos están obsesionados con los reboots, secuelas, precuelas y más. Quizá porque siempre pensamos que el pasado fue mejor y no recordamos las cosas malas. En fin, Scream utilizó muy bien esta arma para regresarle prestigio a la saga.
Primero habría que preguntarles, ¿te acuerdas de la original? De esta forma empieza la quinta película de la franquicia, ya que el asesino habla por teléfono a la casa de Tara (Jenna Ortega). Si tu respuesta fue que sí te acuerdas del primer filme, sabrás que lo mismo pasa al inicio con Drew Barrymore. Ambos personajes están solos en casa y reciben esta misteriosa llamada para jugar.
Han pasado 25 años desde los terribles acontecimientos en Woodsboro y parece que ese pueblo tiene una obsesión con las películas de terror. Todo el circulo social de Tara se apasiona por este género, al igual que los asesinos.
La primera secuencia de suspenso sucede muy rápido y el villano disfrazado de ghostface falla en su intento de asesinar a Tara, pero ella queda malherida. Como ya lo dije, inicia de la misma forma que Scream 1 y quizá eso te eche para atrás. Sin embargo, la realización es magistral con diálogos entre la comedia y el sarcasmo. De hecho, para mi más que terror, Scream es una película de suspenso y sátira bien lograda en general.
Por supuesto, hay muchas referencias a otros filmes de terror como Babadook, La Bruja y la película de ficción Stab (como siempre). A esta última, hacen referencia desde Scream 2 y se basa en los terribles asesinatos que han sucedido en Woodsboro y el negocio ha ido bien, ya que van en la séptima entrega.
Después de que Tara ha sido acuchillada por el misterioso ghostface, su hermana Sam (Melissa Barrera) va a visitarla al hospital, en compañía de su novio Richie (Jack Quaid). Ella huyó del pueblo desde los 18 años y recibe una llamada del asesino. Al parecer, tiene un oscuro pasado que ha provocado el retorno del caos a Woodsboro.
Durante la película, todo el tiempo estás en el filo del asiento, pues sabes que algo sucederá. La fórmula es la misma, pero hay que aplaudir que el guion siempre va un paso adelante. En lo personal, nunca tuve la certeza de quienes eran los asesinos detrás del disfraz de ghostface. Por supuesto que me asaltaban las dudas, pero no es lo mismo que apostar a quienes son los fanáticos psicópatas atrás de la máscara.
En general, la quinta entrega de Scream nos devuelve esa magia de las primeras dos películas. Aunque hay un par de detalles que (para mí) le restan algunos puntos a favor, jugaron muy bien las cartas del pasado.
