Reseña Spider-Man: Sin camino a casa- A inicios del año, la Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel daba el banderazo de salida con el estreno de la serie WandaVision; después de los alucinantes eventos que todos presenciamos en Avengers: Endgame. Desde ese momento, sabíamos que cosas grandes estaban por venir y la fecha marcada en el calendario era el lanzamiento de Spider-Man: Sin camino a casa.
Sinceramente, yo no esperaba ser testigo de una película de la magnitud que tuvo Avengers: Endgame, al menos en un par de años. Y los rumores y filtraciones que surgieron en torno a Spider-Man: Sin camino a casa me provocaban más miedo que placer. Después de tanto furor previo, ¿llenaría mis expectativas la tercer entrega del arácnido?
La respuesta la obtuve ayer y no miento al decir que superó mis expectativas. Sí, incluso con toda la información que había salido sobre Spider-Man: Sin camino a casa, la película me cautivó. La trama inicia justo en el lugar que terminó Spider-Man: Lejos de casa. El periodista J.Jonah Jamerson (J.K Simmons) expone la identidad del superhéroe gracias a un video de Mysterio (Jake Gyllenhaal); en el que además lo acusa de asesinarlo.
Los primeros 20 o 30 minutos tienen un ritmo lento que se justifica, pues es importante que la audiencia entienda lo que siente Peter Parker (Tom Holland) al estar tan expuesto. En las calles se debate entre si Spider-Man es bueno o malo y la presión que siente este joven de preparatoria es perceptible.
Al parecer, todo son consecuencias negativas y Peter no es el único afectado. Su novia MJ (Zendaya) y su amigo Ned (Jacob Batalon), también son victimas del escrutinio a un nivel que incluso puede poner en riesgo su futuro.
Por todo esto, Peter acude desesperado a Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) para que lance un hechizo que haga que traiga de regreso su anonimato. Sin embargo, al realizarlo toda la gente se olvidará de que Parker es Spider-Man y él empieza a arrepentirse a mitad del proceso. Quiere que todos sus amigos y familiares cercanos lo recuerden y las cosas se salen de control. Las grietas colapsan y el multiverso del que los fanáticos tanto han especulado se abre ante la audiencia.
El hechizo provoca la llegada de los entrañables villanos que vienen de otras dimensiones. Doctor Octopus (Alfred Molina), Electro (Jamie Foxx), Sandman (Thomas Haden Church), Duende Verde (Willem Dafoe) y Lagarto (Rhys Ifans); llegan para hacerle la vida imposible a Peter, pero él no es el Spider-Man que esperaban. Todos estos enemigos del arácnido están interpretados por los mismos actores que en las sagas originales de Tobey Maguire y Andrew Garfield.
Es preciso decir que los más destacados son Alfred Molina y Willem Dafoe con sus destacables interpretaciones. Los villanos que conocimos hace años dan mucho menos miedo que cuando los vimos por primera vez; aunque me parece acertado que veamos su lado más humano. Sin embargo, como decía, Duende Verde es un espectáculo y parece que los años no han pasado, pues Dafoe es el culpable de algunas de las escenas más épicas del filme.
Como en las otras dos películas de Spider-Man, el director Jon Watts utiliza los recursos de la comedia y la acción desenfrenada. No obstante, hay menos tomas que provoquen carcajadas en los espectadores y esto no es malo, todo lo contrario. Ya es necesario ver un Peter Parker más maduro y estoy segura que será así por lo que ocurre en Spider-Man: Sin camino a casa.
Como siempre, Peter es bien conocido por tener corazón de pollo y decide ayudar a los siniestros, en lugar de combatirlos. La responsable de esta idea es la tía May (Marisa Tomei), pero Doctor Strange no está de acuerdo. Esta decisión desencadena los sucesos más importantes de la trama e incluso afectará a las siguientes películas y series de la Fase 4 del MCU. En verdad, no hay que perder detalle de la narrativa, pues las sorpresas y revelaciones ocurren durante toda la trama; incluso en las escenas postcréditos.
Las buenas intenciones de Peter Parker significarán una gran perdida para él. Esto servirá para explorar a mayor profundidad la mente de nuestro arácnido favorito, quien hasta ahora ha tenido una faceta inmadura. “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” y es lo que tendrá que aprender Spider-Man en las próximas películas.