En un anuncio histórico, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó oficialmente el proyecto Coatlicue, la primera supercomputadora pública de México y la más potente de toda América Latina. Este desarrollo tecnológico busca colocar al país en la vanguardia mundial del cómputo de alto rendimiento, con aplicaciones que van desde la investigación científica hasta la innovación empresarial.
Una máquina sin precedentes
Coatlicue será capaz de realizar cientos de miles de billones de operaciones por segundo, superando ampliamente a las supercomputadoras privadas más grandes de la región. Con más de 14 mil procesadores y un rendimiento medido en petaflops, esta infraestructura multiplicará por más de cien veces la capacidad de la actual supercomputadora mexicana más potente, Yuca, ubicada en la Universidad de Sonora.

La inversión pública destinada al proyecto asciende a seis mil millones de pesos, con un plazo de construcción de 24 meses. El objetivo es que Coatlicue se convierta en un recurso estratégico para el país, capaz de atender necesidades públicas, científicas y privadas.
Usos estratégicos
El proyecto está diseñado para impactar en múltiples áreas:
- Clima y agricultura: predicciones meteorológicas y planeación agrícola para fortalecer la soberanía alimentaria.
- Energía y recursos naturales: análisis de datos energéticos, petroleros y de gas.
- Finanzas públicas: procesamiento masivo de información fiscal y presupuestal para prevenir corrupción.

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Cooperación internacional y formación local
Coatlicue contará con el acompañamiento técnico del Centro de Supercómputo de Barcelona y del Centro para el Desarrollo Avanzado de la India, ambos referentes mundiales en la materia. México ya firmó convenios de cooperación y más de mil investigadores nacionales han participado en programas de formación en Barcelona.

La operación de la supercomputadora estará a cargo de ingenieros, científicos y estudiantes mexicanos, quienes recibirán capacitación especializada para garantizar soberanía tecnológica. Además, se prevé la creación de un programa de formación de emprendedores que aprovechen la capacidad de cómputo para proyectos de innovación.
Coatlicue como símbolo de soberanía digital
El lanzamiento de Coatlicue representa mucho más que un avance tecnológico: es un paso hacia la soberanía digital y científica de México. En un contexto global donde la inteligencia artificial y el análisis de datos son motores de desarrollo, contar con una supercomputadora pública abre la puerta a que el país no dependa exclusivamente de infraestructura privada o extranjera.
Este proyecto también refleja una apuesta por democratizar el acceso a la tecnología de punta, permitiendo que universidades, centros de investigación y emprendedores puedan aprovechar capacidades que antes eran inaccesibles.

Con Coatlicue, México se posiciona como líder regional en supercómputo y abre un nuevo capítulo en la relación entre tecnología, ciencia y sociedad. La supercomputadora no solo será un recurso para investigadores y empresas, sino también un símbolo del compromiso del país con la innovación y el desarrollo sostenible.
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