La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha propuesto aplicar un impuesto del 8% a los videojuegos considerados “violentos” como parte del Paquete Económico 2026.
La medida, según el documento oficial, busca “desincentivar el consumo de contenidos que promuevan conductas antisociales”, retomando una narrativa que ya hemos escuchado antes: la idea de que los videojuegos son responsables del aumento de la violencia en el país.
¿Qué significa esto para la industria gamer?
- El impuesto aplicaría sobre el precio final de venta de videojuegos que contengan “violencia explícita”, aunque aún no se ha definido con claridad qué criterios se usarán para clasificar estos títulos.
- Plataformas como Steam, PlayStation Store, Xbox Live y tiendas físicas tendrían que ajustar sus precios, lo que impactaría directamente al consumidor.
- Estudios independientes y publishers podrían enfrentar nuevas barreras para distribuir sus juegos en México si estos son etiquetados como violentos.

¿Otra vez los videojuegos como chivo expiatorio?
Numerosos estudios internacionales han demostrado que no existe una relación directa entre jugar videojuegos violentos y cometer actos violentos en la vida real. De hecho, en países con alto consumo de este tipo de juegos, los índices de violencia son considerablemente más bajos que en México.
Más allá del debate ético, esta propuesta también plantea preguntas sobre censura, libertad creativa y el papel del Estado en la regulación de contenidos digitales.
En Geekzilla.tech opinamos…
Los videojuegos son una forma de expresión cultural, artística y narrativa. Criminalizar su contenido sin un análisis profundo es simplista y contraproducente. En lugar de imponer impuestos punitivos, ¿por qué no invertir en educación digital, alfabetización mediática y apoyo a desarrolladores locales?
Seguiremos monitoreando esta propuesta y sus implicaciones. Porque en Geekzilla.tech creemos que el gaming no es el problema—es parte de la solución y siempre defenderemos lo bien hecho.