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Steel Seed, es el nuevo proyecto del estudio Storm in a Teacup. El juego nos lleva a un futuro distópico que parece una mezcla de las naves y los androides de Star Wars. Una estética altamente industrializada como la vista en las películas Blade Runner. Además, armas que parecen sacadas de la película de Tron de 2010 y el sigilo y parkour de las entregas más recientes de Assassin’s Creed. En un mundo semi abierto, que utiliza puntos seguros para guardar y descansar, similar a lo visto en las múltiples entregas de FromSoftware, el jugador encarna a Zoe, quien es acompañada por Koby.
Steel Seed. Historia
La historia versa de lo siguiente: la Tierra se fue por el caño, como se ha visto tantas veces en otros productos de entretenimiento. Sin embargo, y aquí empieza la película de Wall-E mucho menos optimista. La humanidad logró “salvarse” gracias al padre de Zoe, un científico prolífico que guardó lo que sobrevivió de nosotros como especie para, en el futuro, repoblar el planeta cuando este fuera apto.
En la piel de Zoe, ahora somos algo similar a Robocop: cuerpo robótico, con la conciencia intacta y confundidos. No sabemos cuánto tiempo ha pasado, ni cómo nos convertimos en la prima lejana de Terminator, sólo que hay que encontrar a nuestro padre, es entonces que aparece en escena mi personaje favorito: Koby, un pequeño dron que me recordó a R2-D2 por sólo hacer “bip bip” como diálogo pero la protagonista siendo capaz de entenderle y lo útil que resulta en nuestra aventura.
Sin entrar en detalles, Zoe es nuestra heroína y junto a Koby, son los únicos capaces de evitar que el remanente de la humanidad también desaparezca. En el camino, debemos descubrir qué sucedió, desenmarañar distintos secretos y sobrevivir a todo esto.
Steel Seed. Gameplay
En cuestiones de gameplay, Steel Seed funciona. Esto de poder usar el sigilo y el entorno para deshacerte de enemigos, crear oportunidades, siempre es divertido. Esto porque te da la libertad de decidir cómo quieres hacerlo. Habrá quien prefiere combatir, llamar la atención de medio mundo y quienes preferimos (como es mi caso), ir a escondidas y evitar el conflicto abierto a toda costa.
Pese a que lo jugué en normal (tiene un modo historia para quien no quiere complicarse la vida y uno difícil para los que buscan retos), sí tenía que planear bien mi ruta para que no me vieran todos los enemigos y poder saquearlos con toda la parsimonia del mundo, buscar coleccionables o recursos, al menos yo que soy de las que se obsesionan por obtener todo. Además, al ser ya “veterana” de Assassin’s Creed ciertamente me ayudó a entender las mecánicas de sigilo y parkour.
Amor por el parkour
¡Ay! El parkour, me encanta y lo detesto al mismo tiempo, tengo un amor apache con este tipo de mecánicas. Al juego le pasa lo mismo, pero en menor medida a mi parecer, que a los juegos de la franquicia estrella de Ubisoft. El personaje no siempre responde a los comandos, por más que según tú lo estés haciendo bien, en momentos no va a moverse a donde quieres o lo hará a lugares que ni al caso, igual que si saltas al vacío con la intención de agarrarte de algún sitio, es probable que el juego lo ignore y mueras; lo que sí debo reconocer (y agradecer) es que a menos de que haya un lugar próximo al que aferrarse, Zoe no va a brincar a lo loco una vez esté colgada de alguna saliente, a diferencia de todas la veces que me caí de edificios de Italia porque Ezio decía que era buena idea lanzarse directo a la nada.
Igualmente, tenemos algunos pequeños rompecabezas de parkour donde debes alternar entre Zoe y Koby para sortearlos. Al principio es bastante divertido y la verdad no son complicados, pero si no eres fan de andar escalando puede que en algún punto los sientas tediosos. Calma, juro que son rápidos.
Gráficos
Visualmente el juego me encantó. Es impresionante la estética que maneja, muy oscura. Tanto metal y fuego por todos lados que te hace dudar de sí realmente estás en la Tierra. Aunque precisamente por lo oscuro del juego, te recomiendo subirle el brilló más de lo usual, te vas a ahorrar muertes innecesarias. Habla la experiencia.
Mi parte favorita de todo el gameplay fue poder utilizar a Koby, ya que a diferencia de otros companion (como el Espectro de Destiny o la “reciente” incorporación de aves como companion en Assassin’s Creed), Koby puede hacer más que abrirte puertas o indicar enemigos, sino que también es capaz de dispararle a los mismos. Nada extraordinario, pero es útil cuando buscas aturdirlos, distraerlos o explotarles algo cerca.
El punto más flojo del juego es la trama, en mi opinión, ya que no me sentí capaz de empatizar con los personajes (y eso que yo empatizo hasta con un peluche), así como el hecho de que varias veces me descubrí desinteresada en las cinemáticas. No percibí el sentido de urgencia, esta amenaza inminente para Zoe o para la humanidad, en momentos se siente más como andar matando droides nada más porque sí.
Debo de aclarar que tomen mi opinión respecto a la trama como un grano de sal, ya que aquí en la redacción tuvimos acceso a una versión previa que todavía tiene algunos detalles por pulir.
Conclusión
En resumidas cuentas, es un juego sólido, atractivo y divertido, tomando una estética que al ver tanta industria, sin una pizca de naturaleza, da curiosidad saber cómo se llegó a ese punto y un gameplay que permite al jugador decidir cómo quiere que sea su experiencia. Un parkour y sigilo muy bien implementados, lo que permite una jugabilidad fluida sin la frustración de que no funcione como debería.
Para nosotros en la redacción, este juego es sin ningún problema un título que vale la pena probar y disfrutar, poner en práctica diferentes estrategias y ver hasta dónde llegan estas posibilidades. Explorar su mundo, conocerlo. Además ¿a quién no le da ternura Koby?
Este juego fue reseñado en una consola Xbox Series X, gracias a un código otorgado por ESDigital Games y Storm in a Teacup.
