Tabla de contenidos
El optimismo sigue a medida que comienza 2023, ya que se esperan tendencias positivas en la industria de la construcción, lo que indica un aumento en la actividad. No hay duda de que además de los factores económicos, el desarrollo de nuestra industria también se verá influido positivamente por factores tecnológicos. Por eso, los expertos de Procore, la plataforma líder de software de gestión de proyectos, comparten algunas de sus tendencias para el próximo año.
Dividámoslo en partes, porque el progreso tecnológico jugará un papel importante en el desarrollo de la industria de la construcción este año. Desde software de gestión de proyectos hasta herramientas de análisis de suelos, serán facilitadores del trabajo de campo y de oficina.
Lo que está pasando en la tecnología
En los próximos meses, veremos cómo los drones y la tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging), un sistema láser que puede crear mapas tridimensionales, podrán determinar la disposición del terreno en un sitio de construcción. Esta tecnología ya ha sido probada en México en la construcción de trenes Maya.
Cada vez veremos más la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual que se utilizan para mostrar de manera realista cómo se verá un proyecto cuando se complete, utilizando modelos 3D para ayudar a los arquitectos y desarrolladores a visualizar su trabajo y crear información sobre los proyectos.
La preocupación por el medio ambiente irá de la mano con la tecnología, los consumidores finales del sector vivienda estarán interesados en utilizar materiales ecológicos en la construcción de sus casas, esto incrementará el uso de la nanotecnología en los materiales de construcción, y la electricidad será proporcionada por fuentes limpias. Fuentes de energía como las celdas fotovoltaicas.
Evolución, la clave del éxito
Las plataformas de gestión de proyectos como Procore seguirán siendo un foco para las empresas y, en un entorno en el que cada centavo “vale la pena”, la conciencia en cada etapa de la construcción será la mejor manera de reducir el riesgo de que la financiación se vuelva más cara. En este sentido, nuestra plataforma de gestión está en constante evolución para dar cabida a los desarrolladores, contratistas generales y
Profesionalizado para garantizar una comunicación efectiva entre el personal de campo y de oficina.
Nuestro conocimiento y experiencia nos permite crear soluciones con mayor capacidad de análisis de datos. Ya sea calculando costos de mano de obra en tiempo real y haciendo así los ajustes necesarios para cumplir con el presupuesto específico.
Panorama económico
Según datos de BBVA Research, el producto interior bruto (PIB) del sector construcción crecerá un 1% este año, nuestros analistas también coinciden con las previsiones. Esta tendencia de avance será impulsada por la ingeniería de la construcción, desarrollando proyectos en los estados de México.
Esta tendencia al alza se traducirá en un crecimiento del empleo en los próximos meses, coincidiendo con la construcción de nuevos proyectos y la entrega de obra ya en marcha. La construcción de edificios industriales continúa en 2023, afectada por la reubicación costera. Ya que los proveedores de las empresas norteamericanas se mudan de China a países más cercanos a los EE. UU., como México.
Te recomendamos: Estas son las 4 tendencias tecnológicas que cambiarán el panorama empresarial latinoamericano en 2023
Se espera que la mayor oportunidad de reubicación de la empresa esté en la industria automotriz. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados, se espera la apertura de 25 parques industriales en los próximos 12 meses, con una inversión de US$25 mil millones.
En este contexto, 2023 se ve como un año de crecimiento para la industria de la construcción. Además, las empresas deben enfocarse en los avances tecnológicos e implementarlos lo antes posible para obtener los máximos beneficios.
Este año también hay oportunidades de crecimiento, pero debemos ser conscientes de los aspectos económicos negativos que nos heredan en 2022. Entre ellos, la alta inflación reflejada en el índice de precios al productor (ICR. Además del aumento en la tasa preferencial del Banco de México, que encarece el financiamiento.
